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Buscando las cartas de Olentzero

Buenos días!

Ayer martes tocaba visita de mi amigo Arturo a Pamplona, para pedalear por la cuenca, ya que no conoce prácticamente nada de ésta zona (en mountain bike quiero decir), así que a las 9 de la mañana, ya me estaba esperando en la puerta de casa. Entre una cosa y otra, apareció mi vecino Carlos, miembro y guía de KEA, que se unió al grupo, y salimos los tres mano a mano.

La idea era en un principio subir al Tangorri y más tarde, al castillo de Irulegui desde Lakidain. Así que salimos por carril bici hasta Sarriguren, donde cogimos la carretera del valle de Aranguren hasta coger la senda/camino que nos dejaría en Ardanaz. Como siempre, la primera parte haciendo equilibrio para no caer en las roderas e ir sorteando el barro y las piedras de la mejor manera posible.

La ya conocida subida al Tangorri ya sabemos como es, regulando y hasta arriba, desde el punto de salida, despacico, en unos 50 minutos arriba. Durante la subida, como no, había que echar alguna que otra foto

Al llegar al Tangorri, el premio son siempre las vistas, aunque ayer no eran del todo bonitas, ya que había bastante nieblas en los montes y aún así, el Pirineo se dejaba ver un poquillo… hacía bastante frío, así que foto de rigor y para abajo, ya que al estar Irulegui tapado, nos decantamos por ir hacia Alzuza. En el buzón del Tangorri pudimos ver las numerosas cartas que habían dejado los niños del colegio Remontival de Estella para el Olentzero… no sabía yo que tenían la costumbre de subir a dejarlas aquí… ya se lo que tengo que hacer con Lucas el año que viene 🙂

La bajada por Azpa muy pistera aunque algo rota en varios tramos, nos dejó un poco frios, ya que conforme ibamos bajando, el frio aumentaba. En la cima, dijo Carlos que había 9 grados, y abajo, 2,6… pisteando pisteando fuimos hasta Ibiricu, y de aquí, a Elcano, donde ya por senda cogimos la GR que nos dejaría en Alzuza. Ahora todo en subida tendida con dos repechos un poco más fuertes, que nos llevarían hasta el repetidor de Irotz. Aquí Carlos bajó como los jabalíes (vamos, que es KEA) por sendas y atajos y Arturo y yo por pista, hasta el pueblo de Irotz. Repostaje de agua y vuelta hasta Pamplona por el Camino de Santiago, donde no vimos ni un sólo peregrino. Ojo con ésta pareja de Arroniz, cómo saludan pa’la foto

Y la llegada a Pamplona muy bonita, desde Villava por la Trinidad de Arre, donde sí o sí, hay que pararse a echar alguna foto, y eso que no estaba el día muy allá va

Y ya desde aquí, por el paseo del Ulzama primeramente, y luego por el del Arga, hasta Burlada y vuelta al punto de origen, Ripagaina. Una vueltilla muy maja, de 30 km y casi 900 mts de desnivel positivo acumulado

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Y para terminar, os dejo un pequeño timelapse grabado con la Olympus TG-Tracker desde el arnes. Para el próximo día, hay que subir la cámara un poco 🙂

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Una bonita mañana en compañía de dos sopicones 100% autóctonos con los que me reí mucho mucho. Así da gusto salir con la bici, hasta las cuesta arriba son mas llevaderas 😛

A pasar buena semana!!!

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