Saltar al contenido

Me sincero: sufro de ansiedad

Hola! Estamos a 11 de Junio y vuelvo a subir la entrada que escribí hace dos años sobre mi ansiedad. No os podéis imaginar la cantidad de correos que he recibido durante el confinamiento, preguntándome cosas sobre la ansiedad. Así que refloto el post para ver si le puede servir a alguien, y sobre todo , tranquilizarle.

Buenas noches!

Hoy ha sido un día especial, y me refiero a especial porque hemos tenido, al menos en Pamplona, cerca de 20 grados a la mañana. Así que aprovechando mi último día del permiso de paternidad, he salido al monte con mi WRC Thunder, con la intención de disfrutar, ni tiempos, ni medias ni historias… mi bici, pensamientos y yo. Bueno, y la cámara de fotos 🙂 Ah! y de corto, impresionante como pegaba el solete.

La rutilla de hoy no la voy a publicar de momento, tampoco ha sido nada del otro mundo. Pero he estado agusto conmigo mismo, dandole vueltas al tarro sobre que entradas ir metiendo en la web, que os puede interesar, etc… y me he decidido a escribir sobre un tema muy personal, poca gente lo conoce, pero si ahora al escribirlo, puedo ayudar a alguien con ello, bendito sea.

A ver, no es ningún secreto ni nada parecido, pero desde el año 2002, sufro de ansiedad, y he pasado temporadas muy, muy malas. Y contando un poco lo que he pasado a lo largo de éstos años, pues quizá alguien esté en el pozo y le ayude a salir… ojalá! 

 

Todo empezó a raíz de un accidente de coche, en el que yo iba de copiloto. En el mismo, murió una mujer y un hombre quedó con muchas secuelas. Afortunadamente, mi amigo y yo, aquí estamos, aunque muchas veces me he sentido tan culpable (sin serlo) que muchas veces, he pensado que yo debería haberme quedado allí y no aquella pobre incauta.

Fue una época dura, mi mente no podía funcionar, estaba como en colapso, mis padres preocupados y aquello no iba ni para adelante ni para atrás.  Empezaron los síntomas: angustia, ataques de ansiedad (no sabía que eran), mucho miedo a TODO, cansancio, escalofríos…

Recuerdo una tarde en la que me llevaron a urgencias, empecé con un fuerte dolor en el pecho, no podía respirar… ataque de ansiedad, y tu ibas pensando que te daba un infarto. La situación era insostenible, hasta que mis padres decidieron enviarme al psicólogo, psicóloga en mi caso, a la que le debo la vida, tal cual, si no es por ella, no sé.

La primera pregunta que me hizo fue: has pensado en el suicidio? No, por supuesto, jamás, aquí estamos de paso y hay que aprovecharlo a tope. Tras muchas preguntas, hablar con ella y demás, fui diagnosticado de ansiedad generalizada. Me explicó lo que eran los ataques de ansiedad (por fin lo que me ocurría tenía nombre y apellido) y bueno, sabiendo que aquello no me iba a matar, se llevaba de aquella manera. Pero seguía sin estar al 100%.

El tiempo fue pasando y bueno, sufría algún ataque pero nada del otro mundo. Hasta que un día, el día que estrenaba una mountain bike, salimos a andar y como mi forma era pésima, o nula por así decir, en una cuesta bastante potente, las pulsaciones se dispararon por encima de 195 y me asusté. Creo que jamás he sentido tanto miedo… y ahí empezó mi fobia…. de nombre, CARDIOFOBIA.

La cardiofobia es lo que consideran el miedo excesivo que se tiene a sufrir de un ataque cardíaco o a desarrollar cualquier enfermedad del corazón. Para mí, ha sido la mayor PUTADA que me podía pasar. No os podéis imaginar lo jodido que es no atreverte a hacer nada por miedo a que subiesen las pulsaciones. Está claro que andaba a diario mirando mi pulso cada 2×3, venga leer por internet… vamos, que mi vida era un sin vivir.

Puedo decir que estuve prácticamente un año sin hacer nada, iba a trabajar y a casa. Subir al segundo piso, que es donde viven mis padres, sin ascensor, era un reto, mucha angustia para hacerlo, siempre intentando coincidir con algún vecino en el trayecto, para hablar e intentar hacerlo más ameno, y así, si me pasaba algo, pues estaba acompañado. 

Y para rematar, una mañana, recién levantado, el corazón me dio un vuelco, como que entre latido y latido, había un vacío de puta madre, como que un latido se quedaba cojo, y luego, se recuperaba. Una sensación muy mala. Que también, por supuesto, tenía nombre y apellido: EXTRASÍSTOLE.

Está claro donde fui no? A urgencias pero toda leche. Allí era todo normal, el cardiólogo me dijo que extrasistoles tiene muchísima gente pero que no son malignas, sino incómodas, desagradables. Hay medicación para ello, pero con más efectos secundarios que beneficios, así que a seguir como estábamos. 

Le comenté que estaba diagnosticado de ansiedad, y me dijo que las personas ansiosas las notan más que las no ansiosas. Así que tú que me estas leyendo igual tienes extrasistoles y ni te enteras 🙂

La angustia seguía y yo no me atrevía a hacer nada, mucho menos hacer deporte, el no poder coger la bici me consumía. Con lo que a mi me gusta y no me atrevía… las pasaba canutas. La vida iba pasando delante mía y yo perdiendola como un gilipollas por miedo a que me pasara algo. Recuerdo que seguía acudiendo a la psicóloga y ella vivía en un cuarto piso. Os podéis imaginar que yo subía en ascensor. Pues la jodida me esperaba en la puerta del ascensor me decía: tira para abajo y sube por las escaleras. No jodas!!! Sube por las escaleras o no te atiendo.

La madre que la parió. Y tenía que subir andando… llegaba arriba y me decía: vuelta para abajo… mekawen su calavera, me quería matar? Así varias veces… Y arriba me decía: ves? que es lo peor que te podía pasar? Y yo: pues morirme, yo que sé. Pues eso, si te mueres todo se acaba y no hay ansiedad. Joder jajaja.

Y tenía toda la razón del mundo. Estaba desperdiciando mi vida por una gilipollez. Si eres ansios@ pensarás: éste es bobo… No, el bobo es el que se queda en casa con miedo. Hasta que me planté un día y dije: bueno, si hay que morirse, que sea haciendo lo que me gusta de verdad y no en el sofá de casa.

Y volví a coger la bici, al principio con mucho miedo, recorridos llanos, despacito y tal… y bueno, no me moría 🙂 Y ha sido lo mejor que he hecho en mi vida, plantarle cara a la ansiedad, y vivir mi vida.

Os aseguro que de ansiedad no os vais a morir, os moriréis de asco en casa desperdiciando la vida. A mí aún me dan extrasistoles, y? Pues nada, no les hago ni caso, se que tampoco me voy a morir de eso. Y si peto algún día, pues bueno, aquí nadie se va a quedar de muestra no? Llevo 16 años con ansiedad, conviviendo con ella y de verdad, se puede hacer.

Animo a toda persona con ansiedad a que le plante cara, que como te dejes… ya has caído. No hay peor cosa que tener miedo al miedo. Garantizado.

Joder que chapa os he soltado… espero que sirva de ayuda y que os deis cuenta que es posible hacer una vida normal. Quien me iba a decir a mí cuando iba por Valdelobos en mi pueblo (recorrido llano de asfalto) a 10 por hora con miedo que hoy en día, iba a hacer lo que hago… pues eso, si el Berrueta ha podido, vosotr@s también.

Y no os hacéis idea de lo agusto que me acabo de quedar….

Feliz fin de semana!!!

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies